El pasado viernes hablando con el amigo Rafa por enésima vez sobre música, me contó esto de la “simpatía” de la guitarra. Le he pedido que me lo ponga por escrito:
La guitarra se basa en unas cuerdas que al ser pulsadas vibran y producen un sonido (nota) en función del traste que se pisa (o que no se pisa si se deja al aire) con la mano izquierda. Esta vibración de una cuerda pulsada con frecuencia hace que vibre otra cuerda que no ha sido pulsada, produciendo también sonido. Se dice que esta segunda cuerda vibra por "simpatía", aunque no se haya pulsado. Este efecto hace que la guitarra tenga la sonoridad que tiene, y que sea necesario a veces apagar los sonidos de cuerdas que se han quedado vibrando demasiado tiempo. De esta forma se consiguen los silencios necesarios y se evitan disonancias por la permanencia de estos sonidos en el tiempo. Otras veces sin embargo se dejan sonar libremente para enriquecer la armonía de la pieza interpretada y dan una expresividad particular a la pieza interpretada. Es un fenómeno físico fácilmente explicable con leyes de la física que un guitarrista tiene que considerar siempre a la hora de hacer música.
Me impresionó porque habitualmente nuestra conciencia de la vida es siempre una tendencia a gestionar: tiempo, dinero, vacaciones, trabajo, etc, de manera que acabamos casi siempre pensando en términos organizativos, de organización (si se es cristiano se la añade una oración al método y ya tenemos el pastiche del siglo).
Sin embargo, lo que busca permanentemente el corazón es vibrar frente a la realidad. Ya sea de forma inconsciente, soterrada, declarado o no, todo el mundo busca esta correspondencia entre el deseo del corazón y lo que tiene delante en la vida. Hasta los yonquis hacen las cuentas con esto.
El método entonces cambia: ya no es una vida a organizar, ni siquiera en la vida de la Iglesia lo principal es organizar, sino que uno vibre. Con que solo uno de nosotros vibrara ya estaría todo, porque esto se extiende a los demás como las cuerdas de la guitarra, por simpatía.
¿Quién puede hacer que el hombre vibre? En al guitarra Rafa…¿Y en la vida?
En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.De pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él dormía.Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole:-«¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!»Él les dijo:-«¡Cobardes! ¡Qué poca fe!»Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.Ellos se preguntaban admirados:-«¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!»
La guitarra se basa en unas cuerdas que al ser pulsadas vibran y producen un sonido (nota) en función del traste que se pisa (o que no se pisa si se deja al aire) con la mano izquierda. Esta vibración de una cuerda pulsada con frecuencia hace que vibre otra cuerda que no ha sido pulsada, produciendo también sonido. Se dice que esta segunda cuerda vibra por "simpatía", aunque no se haya pulsado. Este efecto hace que la guitarra tenga la sonoridad que tiene, y que sea necesario a veces apagar los sonidos de cuerdas que se han quedado vibrando demasiado tiempo. De esta forma se consiguen los silencios necesarios y se evitan disonancias por la permanencia de estos sonidos en el tiempo. Otras veces sin embargo se dejan sonar libremente para enriquecer la armonía de la pieza interpretada y dan una expresividad particular a la pieza interpretada. Es un fenómeno físico fácilmente explicable con leyes de la física que un guitarrista tiene que considerar siempre a la hora de hacer música.
Me impresionó porque habitualmente nuestra conciencia de la vida es siempre una tendencia a gestionar: tiempo, dinero, vacaciones, trabajo, etc, de manera que acabamos casi siempre pensando en términos organizativos, de organización (si se es cristiano se la añade una oración al método y ya tenemos el pastiche del siglo).
Sin embargo, lo que busca permanentemente el corazón es vibrar frente a la realidad. Ya sea de forma inconsciente, soterrada, declarado o no, todo el mundo busca esta correspondencia entre el deseo del corazón y lo que tiene delante en la vida. Hasta los yonquis hacen las cuentas con esto.
El método entonces cambia: ya no es una vida a organizar, ni siquiera en la vida de la Iglesia lo principal es organizar, sino que uno vibre. Con que solo uno de nosotros vibrara ya estaría todo, porque esto se extiende a los demás como las cuerdas de la guitarra, por simpatía.
¿Quién puede hacer que el hombre vibre? En al guitarra Rafa…¿Y en la vida?
En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.De pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él dormía.Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole:-«¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!»Él les dijo:-«¡Cobardes! ¡Qué poca fe!»Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.Ellos se preguntaban admirados:-«¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!»
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