A continuación el video de la salida del puente de todos los santos.
A primera vista, gente normal. Pero lo que se puede ver rascando un poco es gente extraordinaria que ama a niños extraños tanto como a los de su propia sangre, que cuida los amigos como si fueran de su familia, que ha venido hasta aqui después de un largo camino en la vida, buscando sin quedarse en el camino, que ha renunciado a riquezas, carreras profesionales prometedoras y comodidades antes de asimilarse al mundo y renunciar a su libertad viviendo materialmente muy por debajo de donde podrían estar, pero humanamente muy por encima de donde estarían, gente que no renuncia a que la fe se quede fuera de los negocios o del trabajo, gente generadora de belleza, gente en lucha para que el escepticismo o el cinismo no tenga la última palabra, gente dispuesta a renunciar a todo para irse de misión, gente que ama la Iglesia aun por encima de los malos ratos y sufrimientos que ha tenido que pasar y pasa por pertenecer a ella, gente cuya vida consiste exclusivamente en el servicio a este pueblo, gente con una corta historia a sus espaldas llena de sufrimiento y penalidades que no alberga duda alguna sobre la bondad de Dios dentro de la vida, grandes hacedores de obras que dan sus energías y vida para el mundo, dentro de un mundo que se mueve por la ley del interés propio y del miedo a perder.
En fin, otros estamos más distraídos un poco perdidos en las vanidades de este mundo pero también pertenecemos a esta nueva raza de hombres que constituye el pueblo cristiano.
Por eso, sin duda ninguna, la victoria de Cristo es YA este pueblo que vive.
A primera vista, gente normal. Pero lo que se puede ver rascando un poco es gente extraordinaria que ama a niños extraños tanto como a los de su propia sangre, que cuida los amigos como si fueran de su familia, que ha venido hasta aqui después de un largo camino en la vida, buscando sin quedarse en el camino, que ha renunciado a riquezas, carreras profesionales prometedoras y comodidades antes de asimilarse al mundo y renunciar a su libertad viviendo materialmente muy por debajo de donde podrían estar, pero humanamente muy por encima de donde estarían, gente que no renuncia a que la fe se quede fuera de los negocios o del trabajo, gente generadora de belleza, gente en lucha para que el escepticismo o el cinismo no tenga la última palabra, gente dispuesta a renunciar a todo para irse de misión, gente que ama la Iglesia aun por encima de los malos ratos y sufrimientos que ha tenido que pasar y pasa por pertenecer a ella, gente cuya vida consiste exclusivamente en el servicio a este pueblo, gente con una corta historia a sus espaldas llena de sufrimiento y penalidades que no alberga duda alguna sobre la bondad de Dios dentro de la vida, grandes hacedores de obras que dan sus energías y vida para el mundo, dentro de un mundo que se mueve por la ley del interés propio y del miedo a perder.
En fin, otros estamos más distraídos un poco perdidos en las vanidades de este mundo pero también pertenecemos a esta nueva raza de hombres que constituye el pueblo cristiano.
Por eso, sin duda ninguna, la victoria de Cristo es YA este pueblo que vive.
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