domingo, noviembre 19, 2006

Amicus fidelis

Amicus fidelis, protectio fortis;
qui autem invenit illum, invenit thesaurum.
Amico fideli nulla est comparatio...
Amicus fidelis, mendicamentum vitae
at immortalitatis (Ecles. 6,14-16)

Beatus qui invenit amicum verum (Ecles. 25,12)

O Jesu Amice personalis
O Jesu Amice inmortalis


Un amigo fiel es una protección potente
quien lo encuentra, encuentra un tesoro.
Un amigo fiel no tiene precio...
Un amigo fiel es un bálsamo de vida
y de inmortalidad (Ecles. 6, 14-16)

Afortunado aquél que ha encontrado un amigo verdadero (Ecles. 25,12)

O Jesús Amigo personal
O Jesús Amigo inmortal

domingo, noviembre 12, 2006

CÓMO NOS HACEMOS CRISTIANOS

"No queremos perder el tiempo y, sobre todo, necesitamos ser confortados, es decir, recibir esa fuerza que nace de los corazones unidos ("con-forto", es la fuerza que nace de los corazones que se unen) en estos tiempos tristes en los que todo se confunde, todo tiende a confundirse y parece esfumarse, "desvanecerse", en los que parece que ya no haya ninguna certeza.
(...) en un momento dado, Manfredini me agarró el brazo y me detuvo; no sé cómo, le miré a la cara y me dijo estas palabras textuales: "Pensar en que Dios se hizo hombre...¡es realmente algo de otro mundo!", sentí un escalofrío. Luego se me adelantó. El corazón de aquel compañero mío estaba colmado de emoción por el anuncio más grande que jamás haya resonado en este mundo.
(...) Antes de llegar a esto, todo se viene abajo; antes de esta orilla eterna e infinita, todo se derrumba, incluso el rostro de la persona amada se hunde, incluso lo que más poseemos se nos escapa de las manos.
(...) Un acontecimiento, un hombre que dice ser Dios ("Sin mi no podeis hacer nada"), yo soy Dios, yo soy el Misterio que hace todas las cosas, yo soy el sentido de tu aspiración a la felicidad, a la verdad, a la justicia, al amor.
(...) En una novela de un escritor que no llegó a creer, o que creía que no creía, que se llama Kafka, en un momento dado leemos: "El que no hemos visto nunca pero que esperamos con verdadera ansia, aunque razonablemente ha sido considerado inalcanzable, helo aquí, sentado".
(...) Jesús se vuelve hacia Simón, hijo de Juan, que está sentado a su lado. No le dice: "Simón, ¿vas a traicionarme otra vez? ¿Simón ¿te avergonzarás todavía de mí como aquella sierva de Pilatos?, Simón ¿seguirás con tus errores, haciendo de las tuyas?". No le dice nada de todo esto, nada. Lo mira y le dice: "Simón ¿me quieres?". "Señor tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero". (...) No se puede medir, no se puede perder el tiempo en medir. Este es, pues el milagro: no tanto que el hombre logre realizar la correspondencia entro lo que hace y sus ideales, sino que reconozca y ame a un hombre concreto, histórico, en el que se da la correspondencia con lo divinos, la identidad con lo divino. Es el el milagro en el mundo: que un hombre ame a Cristo.
(...) Somos todo lo pecadores que queráis, pero mendigamos "Sí Señor, yo te quiero" (...) por muy pequeños que seamos, si creemos en Él, si decimos "Te quiero Señor", ocurre algo en nosotros, por lo cual otro, víéndolo, nos dice: "¿Cómo pueder ser así?, ¿por qué eres así?". (...) Y seamos lo que seamos, esto lo puede repetir cualquiera de nosotros, en cualquier estado de ánimo que se encuentre.

viernes, noviembre 10, 2006

La caridad es la vida

Hola amigos.
Ayer estuvimos unos cuantos amigos (moraleja colateral: qué importante es tener amigos así. También es importante tener mujer o marido, hijos, tierras, trabajo, prestigio y viruta en el bolsillo, pero tener amigos así…) en Toledo visitando el hospital de parapléjicos de allí por una amiga nuestra (vid foto, sor Carmen) que va todas las mañanas allí a dar clase.

Una se sus alumnas de 16 años es Melania, que solo puede mover de cuello para arriba desde hace unos meses por un accidente, a quien conocimos cuando estaba probando la silla eléctrica que dirige con la barbilla.

Yo no paré de preguntarme a la vuelta sobre el significado de lo que esa mañana se nos puso delante, de la realidad. Dígase como se quiera pero si para vivir hace falta censurar o pasar de puntillas por alguna parte de la realidad entonces sería mejor haber nacido perro o cualquier otro animal de compañía.

No ha cesado de venirme a la cabeza la vida del santo que algunos de nosotros hemos leído en el libro Por qué la Iglesia (pág.276). Hermann el inválido, del Siglo XI. Nació horriblemente deforme y se decía de él que ni por un instante pudo sentirse cómodo, o al menos, libre de sufrimiento y además los expertos de la época le declararon “deficiente”. Este hombre, por la vida y obras que llevó a cabo, se le llamó “la maravilla de su tiempo”.

La respuesta está aquí, no es evidente pero está. Está, evidentemente, para el que se lo pregunta y busca.
Lo que nos hace polvo (no digamos ya a los cristianos) es nuestro límite. Nos hace papilla porque es como si la vida encerrara una promesa que luego nos encargamos nosotros mismos de machacar. Para nosotros, los cristianos, tantas veces, es peor porque debemos mantener cierta apariencia, seguir siendo cristianos, aunque el límite nos va ganando la partida. Nos volvemos mediocres, con el tiempo nos retiramos y nos conformamos con que la vida vaya tirando deseando que no haya sobresaltos. Nos volvemos escépticos. Decía el cura del hospital que los mayores llevaban mucho peor su límite que los jóvenes, igual que nosotros.
¿Qué hace que nuestro límite no nos gane la partida? Lo mismo que para el amigo Hermann en el SXI: Cristo. Cristo es el abrazo misericordioso que nos arranca literalmente de la nada, de manera que toda nuestra pobreza es incapaz de oponerse a este abrazo, hasta el punto de ser también nosotros una “maravilla de nuestro tiempo” porque a través de nuestra compañía, de nuestros amigos y de nosotros mismos, atraviesa el espacio y el tiempo este Dios hecho carne que nos abraza, y a la vez abraza el mundo entero.

Sí, la Iglesia no está con los sobraos, está con quien necesita este abrazo, está con el hombre-hombre, con el hombre real.

jueves, octubre 19, 2006

Un nexo ineludible . Giorgio Vittadini


Un nexo ineludible
Giorgio Vittadini
(Por su importancia publicamos artículo del amigo Vitta publicado en www.paginasdigital.es)

Con la lección de Ratisbona, el Papa ha querido subrayar sobre todo una concepción de la razón como apertura a todas las dimensiones de lo humano. Un ejemplo significativo de tal concepción lo encontramos en la homilía del Pontífice el 10 de septiembre en Munich, donde afirmó que “para algunos, existe la idea de que los proyectos sociales se deben poner en marcha con la máxima urgencia, mientras que lo que respecta a Dios o a la fe católica es más particular y menos prioritario”.

Así ha afrontado Benedicto XVI la cuestión del dualismo entre el empeño social y la concepción del hombre (y por tanto, el anuncio cristiano), justificado, no sólo entre los laicos sino también entre muchos fieles y católicos, por la idea de que basta con realizar proyectos útiles, de forma neutral, sin poner demasiado énfasis en las razones por las que se hacen. Parece así que se puede hacer un bien desinteresado, respetando la identidad de cada uno, sin inculcar las propias convicciones.

Los que se empeñan en una actividad social, aunque sean cristianos, pasado un tiempo se cansan frente a la inmensidad de necesidades que afrontan con la ilusión de resolver. Y empiezan a pensar: “la caridad no sirve, nos falta la justicia”, identificando el contenido de su fe y de su empeño con una opción política.

De este modo, mientras hace 40 años, en un optimismo típico de aquellos años, se pensaba que bastaba el desarrollo económico y sistemas políticos mejores para vivir en concordia y paz, hoy descubrimos que se puede vivir con desarrollo económico y violaciones de los derechos humanos, que podemos instalar democracias “a la occidental”que llevan al poder a grupos terroristas y a regímenes populistas que, en nombre del pueblo, lo oprimen.

La intervención del Papa supera este dualismo porque, al afirmar el nexo inseparable entre la intervención social y la concepción del hombre, indica también el objetivo y el método de la acción social. Saber que todo hombre es nexo inseparable y personal con el infinito, hecho a imagen de Dios; descubrir en la propia experiencia cómo el corazón está constituido por una exigencia última de verdad, justicia, belleza, no relatividad; encontrar en la realidad aquello que corresponde a estas exigencias elementales; reconocer en la vida cotidiana la presencia de un Dios hecho hombre capaz de colmar el deseo de felicidad, muestra los límites de cualquier acción caritativa y exalta el mérito. Ningún proyecto social, ningún desarrollo económico, ninguna realización política pueden apagar esta sed de infinito que constituye al hombre.

Como ha dicho el propio Pontífice en Ratisbona, “lo que queda de los intentos por construir una ética partiendo de las reglas de la evolución o de la psicología o la sociología, es sencillamente insuficiente”. Quien no parte de una concepción razonable del hombre y pretende ser neutral acaba por cometer la peor de las violencias sobre el hombre porque no respeta su naturaleza y deja morir su empeño social. Los cristianos que separan la fe de las obras, antes o después, matan también sus obras.
Giorgio Vittadini es presidente de la Fundación para la Subsidiariedad
Posted on 10.18.2006 by Páginas Digital

miércoles, octubre 11, 2006

Excursión Sábado 7 octubre 2006 Inicio de Curso





¿Qué buscas? Es la pregunta que nos haría la realidad, si ésta pudiera hablar, al vernos cómo nos movemos día a día dentro de ella. Es una pregunta que se lanza al corazón que nadie jamás podrá censurar definitivamente. Es extraño que se nos lance una pregunta que no puede responder nada de las cosas, rostros y circunstancias que la generan. El roce, el mero roce con el mundo provoca inevitablemente, tal vez al final del día, un domingo por la tarde o metido en el coche en pleno atasco, esta pregunta.
Esta pregunta es el signo más claro del anhelo y el ansia continua del hombre de ir más allá, siempre más allá de lo que ya ha alcanzado. Sin embargo parece que esta búsqueda continua está condenada a toparse con lo finito y temporal: “Esto es lo que hay”.
En eso consiste la paradoja de la que estamos estructuralmente hechos: no podemos realizarnos, no podemos vivir lo real, lealmente, intensamente si continuamente salta una pregunta que no podemos satisfacer, que estructuralmente esta fuera de nuestro alcance. Una pregunta de infinito para un hombre contingente, finito. Qué paradoja. En la vida importa la familia, la salud, los amigos, el trabajo, el bienestar y siempre dentro salta este anhelo y deseo de algo más, del infinito. La tristeza que se produce en la relación con la persona que más se quiere, porque la relación no está cumplida, porque no soy capaz, porque ella no es capaz. La percepción del infinito, para un hombre que tenga sensibilidad, surge como melancolía. Esta percepción no nace de un fenómeno intelectual, sino que nace de un hambre, de una sed de cosas reales, finitas.


Esta ausencia se convierte en soledad, como una presencia mala que nos acompaña de la mañana a la noche. No podemos olvidarla, dejarla de lado. Aparece siempre. Este deseo, nostalgia o ausencia se presenta como una pesadilla a quien la censura, para quien se come una manzana y cree comerse el mundo. Es decir para quien la razón es su propia medida de las cosas. Para quien ha medido ya todo y no deja espacio al imprevisto.
Hay que encontrar como sea algo o alguien que nos conmueva de nuevo, que nos saque de la estupidez de una vida vuelta sobre sí misma, pensada y repensada hasta el hastío. Es cuestión de vida o muerte. Necesitamos de otro, encontrar un atractivo nuevo. La fe, este encuentro, no es por tanto una suerte que tienen algunos, sino el dinamismo que nos salva. Es una necesidad, porque comprendes que no puedes ser tu mismo sin ponerte en manos de otro. Por eso la vida es de los pobres porque si no lo necesitas no te das cuenta.

Esto es el anuncio que nos hace el cristianismo. Que Cristo, el Dios infinito, se ha hecho compañía cotidiana para el hombre. La Iglesia es esta gran amistad que seguimos como los apóstoles seguían a Jesús. “Yo estaré todos los días con vosotros hasta el fin del mundo”. Esta es el gran milagro de la caridad. Dios, el Infinito, responde a nuestro deseo de Infinito, acompañándonos cotidianamente, con discreción y ternura, en al camino de la vida. Porque la sorpresa de la vida no es querer, sino ser queridos así. Una caridad sin fin. Infinita. Sí. Yo estoy estructuralmente hecho del abrazo de Dios hecho carne a través de los rostros de los que lo aman. Esto es bocatas. Caridad sin fin.

lunes, octubre 02, 2006

bocatas

Una hipótesis para la vida
En una entrevista realizada al director de cine polaco Kristoff Zanussi dice: “Hoy se puede vivir como un niño hasta los cuarenta, pero vivimos en una sociedad tan rica que podemos no madurar (…) Vivimos como grandes ricos del siglo pasado: podemos viajar, hablar de alta cocina, comprar, leer, etc. En mi país, después de 15 años de comunismo, veo que somos más ricos, pero la conciencia no se ha desarrollado”.


Esta es una de las claves del mundo donde vivimos: difícilmente otras épocas de la historia se ha tenido acceso a tanta riqueza como ahora y, sin embargo, muchas veces, esto no se ha traducido en un crecimiento de la persona, más madurez, una conciencia más grande de lo que es la vida.
Esta paradoja se debe a la ausencia de una hipótesis de significado por la que se pueda asimilar toda la experiencia que uno tiene a lo largo de la vida. Ante tal ausencia, el criterio de selección es siempre lo natural, el propio gusto aprisionado en las modas del momento o la propia reacción e instintividad.
Para que esta riqueza del mundo moderno no acabe destruyéndonos o pasando como una apisonadora por encima, necesitamos un ideal al que se pueda tender continuamente que no sería sólo un punto de llegada, sino el puente entre el mundo y nuestro “yo”, un ideal que nos corrija la mirada bizca y estrecha que tantas veces tenemos. ¿Existe?

Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos, les dijo: “Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir” (Mc 12, 41-44)

Ciertamente, la mirada que tenía Jesús sobre el mundo es la que nos interesa, porque sólo así se es capaz de percibir la riqueza verdadera que nos construye. Nosotros en bocatas nos educamos a tener una mirada así, recuperando un gusto y una conmoción por la vida que no sólo los yonquis han perdido porque también nosotros, tantas veces, miramos y concebimos el mundo de manera equivocada.


bocatas
volamos

Inicio de curso 7 octubre


Se vive por amor a algo que está sucediendo ahora

Mail del 30-09-2006

¿Qué es lo más importante para nosotros? Para nosotros lo más importante es Cristo mismo..

Felicidades también a todos nosotros por el bocatas de ayer. Otra vez ocurrió. A pesar de nosotros, o de muchos de nosotros.

A la ida recordé a los que iban en el coche conmigo, que había estado con Chules días antes y que me había dicho la importancia de volver siempre al origen, como decía hasta el hastío Don Giuss, que había que volver al origen. Volver otra vez a preguntarse por qué voy a bocatas...y que les contaba esto porque lo creía muy importante, (especialmente teniendo en cuenta que uno de los que venía es mi primogénito) y porque era curioso que sin apenas enterarme ya había tenido yo que dar cuenta antes porque mi hija mediana Lourdes ya me lo había preguntado.

Lourdes, tiene diez años y siempre le llama poderosamente la atención dónde es ese sitio al que vamos los viernes, al que vienen Pepe y algunos amigos suyos y donde ya han ido sus dos hermanas mayores. Lógico, hay una curiosidad manifiesta por saber lo que es y un deseo claro de conocer. Es así que me pregunta qué es bocatas y qué vamos a hacer allí y yo, sin ahorrar ningún detalle a propósito de su fealdad le expliqué antes (hace como un par de meses) que era un sitio horrendo, uno de los sitios más horrendos de la civilización occidental, con Yonkies a los que les dábamos bocadillos y estábamos con ellos, etc. Ella me ve salir cada viernes con la guitarra... mi hija Lourdes, la de 10 años me había preguntado que cómo es posible que siendo el sitio más horrible del mundo fuéramos allí. Que por qué íbamos.

Ante esto tanto Chuvis de inmediato, como Carlos después, se sintieron en la necesidad de contarlo. Contar por qué venían, por qué se habían desplazado hasta donde yo vivo para, montándose en el coche, ir a uno de los sitios más horrendos del mundo occidental.
Finalmente me terminaron preguntando: ¿y tú, qué le has contestado a tu hija?

Ya en Bocatas no saqué la guitarra de primeras, hacía algo de frío y tampoco nadie me dijo de salida hola Pepe saca la guitarra. Así que paseé la vista por los alrededores de la furgo, vi a Ferron´s, Ali, etc y cuando me acerqué a la mesa le oí. José Luis estaba en la otra punta así que le llamé por su nombre. Estaba más flaco, pero era él. Hacía quince días o tres semanas que no se le veía por bocatas y le recordaba bien. Era la primera persona del otro lado de la barrera, como le dije a él, con la que hablaba. De hecho habíamos estado tocando juntos la guitarra y sobre todo, me había reconocido, como solo alguien en su situación puede reconocer y de hecho reconoce, que estaba solo... Total, que le abracé efusivo porque es cierto que había estado procurándolo estos bocatas pasados y me preguntaba qué le habría ocurrido. Me contó que habían pasado muchas cosas estos días, a lo que yo corroboré por mi parte y me contó que había estado unos días en el hospital en coma por una sobredosis. De hecho yo como he dicho, lo había notado ya un poco más flaco.

También le conté a él que mi hija, la mediana, porque ya sabe que tengo seis hijos etc, pues eso que la mediana me había preguntado que porqué íbamos a dar bocadillos y a tocar la guitarra y cantar al sitio más horrendo del mundo... Adelantándose me dijo claro, le habrás dado los motivos que tenéis de vuestro compromiso social con los más necesitados, le habrás dicho alguna respuesta relacionada con la religión de por qué hacéis esto, de vuestro compromiso como cristianos etc etc y siguió hablando... pero al rato me preguntó: ¿y qué le contestaste a tu hija?

Ayer como el otro día se quedó hasta el final. Cantó todo lo cantable, aplaudió y participó. Luego recogimos, nos despedimos y nos fuimos.

Voy a bocatas porque allí Cristo se hace presente y para mí eso es lo más importante que ha sucedido en mi vida.

Abraço
Pepe

Cuadro de William Congdon. Ego Sum.

Mail no publicado... (24-09-2006)


bocatas en la experiencia...

Hola: ayer murió mi tía Charo, la abuela de mis primos. Tenía 88 años y su vida podemos decir que ha sido plena: ha tenido 11 hijos, una familia que le ha querido mucho, y sobre todo, una fe grande. Sus hijos han recibido la fe de su madre, pero como les ha sucedido a tantos de su generación, esa educación cristiana se ha difuminado a lo largo de sus vidas, hasta prácticamente desaparecer. Como mucho, la han mantenido mientras sus hijos eran pequeños por eso de darles una educación cristiana, pero cuando han crecido al haber vivido la Iglesia como un mero formalismo lógicamente la han abandonado. Hoy era la misa, y yo pensaba que iba a ser en una iglesia, pero no, era en su casa de cuerpo presente. Estábamos todos: sus hijos y maridos/esposas, los hijos de éstos (mis primos) y algunos parientes un poco más lejanos como yo. Ha sido una misa bonita, porque eran hijos que querían a su madre (y no como en las típicas bodas que sólo falta sacarse el piti y ponerse a fumar), muy familiar. Yo observaba, y al mirarles uno a uno (a la mayoría les conozco bien) pensaba en sus vidas, en los años que llevan viviendo (gente de 45-55 años), unos han tenido la vida más fácil (aparentemente felices, vida cómoda), otros más jodida (separaciones, etc). Pero en definitiva, de una u otra forma, prácticamente todos han renunciado a Cristo, han renunciado al vértigo de preguntarse cada día qué hacemos aquí, de querer vivir con plenitud, ya que acomodados han descubierto que se sobrevive. Esto es lo que me venía a la cabeza al mirarles. Pero han hecho dos cantos: en la comunión y en la salida. Sublimes, de una belleza conmovedora. Os lo juro: su rostro y su expresión eran como una añoranza de querer volver a aferrar la promesa que encerraba la educación que les había dado su madre, y a la que un día renunciaron, y también sus hijos, porque aunque aparentemente de forma cristiana, no les podían educar en algo a lo que ellos habían renunciado hacía tiempo. Y yo pensaba: el día que muera mi madre no quiero que al mirarla en su lecho de muerte y pensar en las mil preguntas que me surgirán, me entre una añoranza por haber renunciado en vida a Cristo. Por eso pienso que hacer la salida de Bocatas merece la pena por esto: para afirmar de nuevo que en este lugar uno no renuncia al deseo que nunca es saciado. Un saludo

viernes, septiembre 08, 2006

Amistad & Caritativa


Amistad & Caritativa

"..la otra gran dimensión del hombre [la primera era la cultura], la que permite al mundo empezar a cambiar, es la que llamamos caritativa. Pero esta dimensión de la sociedad no tiene como primer objeto los mayores o los minusválidos, los pobres, los analfabetos o los marginados. Este no es su primer fin, porque todo esto o es consecuencia de algo que ya vivimos, o se convierte en un esquema violento, y de hecho nos hace orgullosos y si no lo hace por lo menos nos deja la conciencia en paz y si tampoco hace esto nos decepciona.

El primer momento, en el sentido ontológico del termino, de la expresión de la sociedad es el entre nosotros. ¿Cómo pretendéis ir con los minusválidos si en vuestro curso ni siquiera os fijáis en vuestro compañero que tenéis al lado, que es una cosa sola con vosotros? Todavía no estáis completos como sujetos, estáis partidos en trozos; ¿dónde queréis ir? Es necesario reconocer nuestra unidad; así la percepción del otro se hace aguda, verdadera, tenaz.

Nadie de nosotros debe pasar el día, ir a la facultad, guardando en si mismo una tristeza que nadie nota, o una necesidad de la que nadie se de cuenta. Es necesario rompernos para que todo nuestro ser se apoye sobre esta unidad. Desde aquí surge la posibilidad de un rostro nuevo para la humanidad, una humanidad nueva empieza así. No hay amistad entre nosotros si no nos acordamos de esto; por esto la dimensión caritativa y social tiene que nacer de este nexo entre nosotros."

Luigi Giussani
Dall'utopia alla presenza

jueves, agosto 10, 2006

El Sueco y Camarón


Hola otra vez reve,

He pensado mandarte esto porque no te he contado por qué la caritativa de Bocatas me resulta hoy un poco más inmediata.

Como sabes, siempre he vivido en un barrio en el que la heroína se llevó por delante una generación entera. Este hecho siempre me ha hecho despreciar a los yonkis porque, quizá, en un sitio así se forman inevitablemente dos bandos: El de los “tontos” que han caído y el de los “listos” que se libraron. Como yo soy de los “listos”, siempre los he juzgado por caer en ese mundo (lo paradójico es que quizá mi único “mérito” fue nacer unos años más tarde y poder comprobar a diario los efectos que causaba en esas personas a las que juzgaba, como si se hubieran sacrificado inconscientemente para que yo me salvara de su mal. Por ello, pensándolo bien quizá ni siquiera tuve posibilidad práctica de caer).

Camarón me ayudó a comprender un poco mejor el dolor de estos pobrecillos quien, sumido también en ese mundo, había recibido el don de transmitirse a los demás por medio del arte y, como vivía en medio del dolor, me metía su grito en el corazón y me hacía experimentar una honda pena. La canción “Dicen de mí” me partió una vez el alma. Arranca en la primera estrofa y termina en la última con un atisbo de soberbia (la mentira en la que todos hemos vivido pensando que lograremos vencer “a nuestro enemigo”), para desgranar durante las estrofas la súplica de quien no encuentra consuelo, sintiéndose juzgado por los hombres, tan pequeño y débil que hasta se avergüenza y pide perdón por llorar y suplicar.

“Dicen de mí que me amenaza el tiempo.
Dicen de mí que si estoy vivo o muerto.
Y yo les digo, les digo.
Mientras mi corazoncillo hierva
yo voy a vencer a mi enemigo.

Si me ves un día, la mirada perdida
y la locura en el semblante.
Apiádate de mí, no me maldigas
porque las penas van prendidas
al fleco del aire.

Dicen de mí...

Si me ves un día, los ojos vencidos
llorando al alba.
Apiádate de mí, no me maldigas,
que la desgracia va unía
al cauce del agua.

Dicen de mi...

Si me ves un día, mirando al cielo
suplicando a Dios.
Apiádate de mí, no me maldigas
que los tormentos respiran
por los rayos del sol.

Dicen de mí...”

Ni siquiera era él quien escribía las letras, pero sólo adquirían significado en su garganta quebrada y profunda, y desde la melancolía de su mirada.


Yo hoy puedo afirmar que D. Giussani hablaba con verdad cuando decía, citando a Adrienne von Speyr: "La gracia nos inunda. Esto constituye su esencia [la gracia es el Misterio que se comunica; la esencia de la comunicación del Misterio es que nos inunda, nos penetra]. Ésta no aclara punto por punto, sino que irradia su luz como el sol. El hombre sobre el que Dios se prodiga a sí mismo debiera verse preso de un vértigo tal que le hiciera ver sólo la luz de Dios y no ya sus límites, la propia debilidad. Debería renunciar a todo equilibrio (buscado por sí mismo), debería renunciar a un diálogo entre sí y Dios como dos socios, y ser un sencillo receptor con los brazos abiertos que no logra aferrar, pues la luz se esparce sobre todo y permanece inaferrable.”

Lo puedo afirmar como objeto de Su gracia desde la más inmerecida de las posiciones, transmitida siempre a través de una relación en Cristo.

Por ello Bocatas me pone frente a esa debilidad infinita (que me recuerda que su mal tiene la misma raíz que el mío) pero sin estar solo, con mis amigos en Cristo a través de las cuáles soy objeto de Su gracia y me hacen ser cada vez más consciente de que hay un lugar en el que es posible el perdón. Y partiendo de esta posibilidad, como decía Nembrini en Formigal, se puede salir a la calle a pecho descubierto a retar al mal.

Y te digo todo esto sabiendo de antemano que, por debilidad, traicionaré este juicio 9 de cada 10 veces, esperando ser nuevamente rescatado por Otro, precisamente a través de mi debilidad.

Un abrazo amigo,


Sueco.

El mundo de la droga


Exposición sobre Rock del EncuentroMadrid 2005 (www.encuentromadrid.com)



Dee Dee Ramone:
(...) La última vez que ví a Connie, estaba haciendo la calle. Intenté darle dinero para que pudiera pillar. Tenía mal aspecto. No sé cómo podía quererla, pero yo la quería. Luego me enteré de que, cuando murió, una de las chicas había hecho una colecta para comprarle un ataúd a Connie, y que todas las chicas habían contribuido, pero otra chica se llevó el dinero y se lo gastó en caballo. Al cabo de unos años pensé en ello y me eché a llorar.

Mail no publicado...(original)

Un mail que he recibido de un amigo (qué importante es tener amigos así) decía, al comentarme una circunstancia difícil: "El cristianismo es la posición más inteligente y la que más te hace libre ante la vida. Ante las circunstancias uno puede hacer dos cosas. afirmarse o afirmar a otro. Tener esto presente ha hecho que no me haya asfixiado y haya podido mirar con ternura las cosas que tenía delante.... "
Es algo que de tanto oirlo te entra por una oreja y te sale sin más por la otra. Excepto que se haga carne, se haga experiencia. Que uno pueda dar esta clase de juicio dentro de alguna circunstancia que le está pasando. Entonces cobra todo su valor y te golpea porque inmediatamente percibes que existe la esperanza de vivir la circunstancia propia así.
Es todo lo contrario a la posición esa coñazo que tenemos tantísimas veces del "Sí, pero". Sí, somos cristianos, pero la circunstancia es demasiado jodida, aburrida, banal, demasiado indigna. Uno acaba reduciendo a Cristo como la estampita pía que nada tiene que decir en la vida concreta. Y puede acabar abandonando la Iglesia porque es inútil algo que no sirve para nada en la vida. Al menos uno se queda en el, Cristo sí, pero inútil.

En cambio, comprender que uno tiene que aprender en la circunstancia a empezar a balbucear el nombre de Cristo, hace que el amor a la propia vida, a la Iglesia y a Cristo no estén separados, sino que sean una sola cosa.

Sí, tenemos que aprender. En vacaciones, en el trabajo, en la caritativa, con los amigos, el fin de semana, o con la familia. Tener la oportunidad de retomar este camino, es ya la salvación.
Feliz verano, trabajando o de vacaciones, da igual, pero con ternura.

Este viernes, bocatas

Este viernes hacemos bocatas por puro gusto de hacerlo. Será por tanto de esos bonitos y no de los rutinarios o porque toca. Algo así como la nana que una madre canta a su hijo. Pura gratuidad.
El que venga me diga qué puede traer de papeo o bebida porque el Banco de Alimentos está cerrado aunque tenemos cositas.
Finalmente un texto donde se pone de manifiesto la importancia que tiene la caridad y pequeñas acciones o donaciones también desde el punto de vista macroeconómico y de eficacia en línea con lo que se nos dice dentro de la Iglesia, que cualquier acción, aun la más banal, tiene un peso infinito si lleva dentro la conciencia por la que se hace.
También en vacaciones nos ayudamos a mirar lo que más nos importa en la vida.
Un abrazo a todos.

bocatas
volamos


DIFERENTES FORMAS DE COMPASIÓN
Caridad versus filantropía

Por Karen Woods

El plan de Warren E. Buffett de transferir 31.000 millones de dólares de su fortuna a la Fundación Bill & Melinda Gates conlleva en sí el potencial de lograr muchas cosas buenas, fundamentalmente en los campos de la sanidad y la educación que son en los que se especializa Gates. Pero no perdamos de vista que hay diferencias entre la enorme cantidad de pequeñas donaciones caritativas como las que hacen la mayoría de los americanos cada año y el regalo de Buffet que constituye la clásica filantropía tipo gran fundación.
La filantropía, con todas sus buenas intenciones, no implica necesariamente un nexo personal con la persona necesitada, aunque puede ser así y a veces lo es. La filantropía es algo más institucional, de amplio espectro, el primo de la caridad, la cual representa el nexo personal y directo con los necesitados. Andrew Carnegie construyó cientos de bibliotecas con la fortuna que amasó en la industria del acero; eso es filantropía. La tía Evelyn, voluntaria en el hospicio de la iglesia del barrio y que dona de forma anónima 150 dólares anualmente para este servicio, es un ejemplo de caridad.
El año pasado, los americanos donaron más de 260.000 millones de dólares a miles de asociaciones benéficas, instituciones filantrópicas, iglesias, fondos de ayuda en caso de desastres y una multitud de otros proyectos de bienestar. Las donaciones personales corresponden al 76% de todo ese dinero, o sea, 199.000 millones de dólares, según la Giving USA Foundation. En comparación, los fondos que las grandes fundaciones ofrecieron en 2005 llegaron a 30.000 millones de dólares, una suma que aumentará considerablemente según vaya haciéndose efectiva la gradual transferencia monetaria de Buffet a Gates.
Ese enfoque institucional a la filantropía que Buffett prefiere encaja bien con su carácter y su enfoque práctico para invertir. En una entrevista para la revista Fortune, Buffett decía: "No creo haber nacido para filántropo... La información sobre la filantropía llega muy lentamente y eso me fastidia. Tendría que estar demasiado involucrado con mucha gente con la que no querría tener que involucrarme y oír más opiniones de las que me gustaría".
Claro, a veces uno tiene que escuchar cosas increíbles cuando está tratando de mejorar el mundo. Si el método a distancia de Buffet logra conseguir resultados positivos en la cura de enfermedades, el fin de la pobreza y para hacer del mundo un lugar mejor, entonces debería ser elogiado con todo merecimiento. Pero alguien va a tener que acercarse lo suficiente al problema (a menudo hay problemas a resolver personalmente) donde se debe lidiar no sólo con opiniones sino con gente que tiene nombre y rostro.
Con demasiada frecuencia, la atención que se pone en las grandes donaciones hace sombra a esas asociaciones benéficas que no sólo persiguen aliviar de forma significativa la necesidad y la pobreza sino que buscan lograr a largo plazo la autosuficiencia y poder vincular nuevamente a la persona que ayudan con su comunidad. El 46% de las organizaciones sin fines de lucro ni siquiera llegan al presupuesto anual de 25.000 dólares exigido para presentar declaración de impuestos. Pero así es la caridad. Y tiene el valor añadido de que establece una relación personal entre quien tiene los recursos y quien tiene la necesidad. Y la mayor parte de ese trabajo caritativo se desarrolla con pequeños programas comunales, frecuentemente con motivación religiosa y sin depender del gobierno omnipresente.
Para ser justos con Buffett diremos que su filantropía anterior se ha dirigido a pequeños grupos a través de pequeñas contribuciones. Mucho de ello ha pasado a través de fundaciones familiares. En una carta a su hijo Howard, Buffett identifica los principios guía que le han servido para desarrollar sus negocios y su filantropía:
Un par de ideas (aunque no directrices): Pon tu atención en los nuevos fondos y tu energía en relativamente pocas actividades con las que (tu fundación) HGB pueda marcar una diferencia importante. Concentra tus recursos en necesidades que no puedan resolverse sin tu esfuerzo. En cambio, evita hacer pequeñas contribuciones a multitud de actividades que valen la pena pero que posiblemente tienen donantes y que probablemente seguirían funcionando sin tu aportación. Toma en consideración la posibilidad de trabajar con tus hermanos en proyectos importantes. Préstale atención a la comunidad en la que vives pero ten la mente abierta. Evalúa los programas por la forma en que encajan con tus metas y sus oportunidades de que tengan éxito, no por quien te lo haya pedido. Cuenta con que cometerás algunos errores; no se puede lograr nada importante si sólo tomas decisiones "seguras".
Con respecto a la Fundación Gates, valoremos la filantropía sin precedentes de Buffett por lo que es: un regalo que conlleva un potencial inmenso para hacer el bien. Y me apresuro a añadir que es también uno de los muchos frutos del sistema de libre mercado que, a veces, produce una riqueza inimaginable para algunas personas que pueden decidir libremente cómo usarla, si para bien o para mal del mundo. Debemos tener la esperanza de que los usos moralmente buenos del dinero de Gates y Buffett –sanidad y educación– pongan énfasis en la exclusión de causas moralmente objetables –aborto y control de la población– hacia donde algunas veces se han dirigido anteriormente.
Con el dinero que le da a Gates, Buffett se une a las filas de los grandes filántropos de Estados Unidos. Es su prerrogativa si no quiere que le molesten con opiniones o tener que ver a alguien necesitado. Pero alegrémonos de que también haya una tradición caritativa que trabaja en el terreno en la amplia mayoría de las donaciones de este país. Nos hace falta tanto lo micro como lo macro.
Karen Woods es Directora del Centro de Compasión Efectiva del Instituto Acton en Grand Rapids, Míchigan.

* Traducción por Miryam Lindberg del artículo original.

viernes, julio 07, 2006

Un método: la simpatía

El pasado viernes hablando con el amigo Rafa por enésima vez sobre música, me contó esto de la “simpatía” de la guitarra. Le he pedido que me lo ponga por escrito:


La guitarra se basa en unas cuerdas que al ser pulsadas vibran y producen un sonido (nota) en función del traste que se pisa (o que no se pisa si se deja al aire) con la mano izquierda. Esta vibración de una cuerda pulsada con frecuencia hace que vibre otra cuerda que no ha sido pulsada, produciendo también sonido. Se dice que esta segunda cuerda vibra por "simpatía", aunque no se haya pulsado. Este efecto hace que la guitarra tenga la sonoridad que tiene, y que sea necesario a veces apagar los sonidos de cuerdas que se han quedado vibrando demasiado tiempo. De esta forma se consiguen los silencios necesarios y se evitan disonancias por la permanencia de estos sonidos en el tiempo. Otras veces sin embargo se dejan sonar libremente para enriquecer la armonía de la pieza interpretada y dan una expresividad particular a la pieza interpretada. Es un fenómeno físico fácilmente explicable con leyes de la física que un guitarrista tiene que considerar siempre a la hora de hacer música.


Me impresionó porque habitualmente nuestra conciencia de la vida es siempre una tendencia a gestionar: tiempo, dinero, vacaciones, trabajo, etc, de manera que acabamos casi siempre pensando en términos organizativos, de organización (si se es cristiano se la añade una oración al método y ya tenemos el pastiche del siglo).
Sin embargo, lo que busca permanentemente el corazón es vibrar frente a la realidad. Ya sea de forma inconsciente, soterrada, declarado o no, todo el mundo busca esta correspondencia entre el deseo del corazón y lo que tiene delante en la vida. Hasta los yonquis hacen las cuentas con esto.
El método entonces cambia: ya no es una vida a organizar, ni siquiera en la vida de la Iglesia lo principal es organizar, sino que uno vibre. Con que solo uno de nosotros vibrara ya estaría todo, porque esto se extiende a los demás como las cuerdas de la guitarra, por simpatía.
¿Quién puede hacer que el hombre vibre? En al guitarra Rafa…¿Y en la vida?


En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.De pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él dormía.Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole:-«¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!»Él les dijo:-«¡Cobardes! ¡Qué poca fe!»Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.Ellos se preguntaban admirados:-«¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!»