repartiendo papeo

viernes, marzo 27, 2020

COMO EL PRIMER DÍA


Cartas al director (no publicadas)....
#charitynotstop
 
«¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?»  (Lc 24, 18) 

Este archiconocido pasaje del relato evangélico de los discípulos de Emaus preguntando a aquél misterioso hombre cómo no podía conocer la actualidad de su tiempo, me ha venido a la cabeza respecto de la situación actual.
También nosotros preguntaríamos asombrados a alguien que asegurara no saber nada sobre nuestra especial situación actual del corona-virus. Nos escandalizaría sin duda y pensaríamos que esa persona esta fuera de este mundo.

Estas circunstancias me recuerdan muchísimo a un pasado viaje que hice a Tanger para ver como Monseñor Agrelo, obispo español cabeza de esa Iglesia, se mueve por allí. Me sorprendió y me dejó perplejo después de hacer un periplo por las diversas obras que tiene la Iglesia allí (guardería de las hermanas de Calcuta, casa de acogida de disminuidos psíquicos de los hermanos franciscanos de la cruz blanca, programa de acogida de inmigrantes del  África subsahariana en la catedral de Tánger, etc) que la casi única razón de ser de la Iglesia allí y casi por lo único que existía era por la caridad. No creo que existiera si fuera solo para ofrecer los sacramentos, pues es un país musulmán donde está prohibidísimo la publicidad o la misión de la religión católica y la comunidad cristiana es exigua. 

No sabría explicarlo teológicamente, si bien sería interesantísimo también desde la teología darle una vuelta (si es que no se la han dado ya), pero me ha venido a la cabeza esta iglesia tangerina fundada sobre la caridad al prójimo en esta nuestra situación, donde se han suspendido todos los oficios religiosos y se ha dispensado a los fieles de la asistencia a la Eucaristía. 
Sin embargo, en la carta escrita por mi padre el obispo de Madrid Carlos Osoro sobre la crítica situación actual del corona-virus,  al hablar de la caridad, en su punto 8 dice "Insisto en que en esta situación adversa no podemos olvidar el deber de atención espiritual y material a los enfermos, a los ancianos, a los pobres, a los niños y a las personas vulnerables, que en nuestra tradición ha constituido siempre la máxima preocupación para la Iglesia."

Como pista o guía leía recientemente esto del gran Peguy: "Toda debilidad de la iglesia en el mundo moderno no se debe, como muchos creen, a que la ciencia haya montado contra la religión sistemas aparentemente invencibles, no se debe a que la ciencia haya descubierto, haya encontrado, contra la religión, argumentos, razonamientos, como si dijéramos victoriosos. Se debe, por el contrario a que lo que queda del mundo cristiano carece profundamente hoy, en lo social, de la Caridad. Lo que falta no es, en absoluto, el razonamiento. Es la Caridad. Todos esos razonamientos, todos esos sistemas, todos esos argumentos pseudo-científicos, no serían nada, no pesarían gravemente, si hubiera una onza de Caridad. Todos esos vientos mentales no empujarían tan lejos si la cristiandad hubiera seguido siendo lo que era, una comunión, si el cristianismo hubiera seguido siendo lo que era, una religión del corazón."

Hoy mismo, escribía un compañero de un pequeño grupo de whatsup donde nos hemos ido reuniendo de modo espontáneo gente dedicada a los más pobres en las más diversas y bellas formas: "Hola. Tengo un chico marroquí de 20 años con una minusvalía, enganchado al crack y viviendo en la calle. Donde le puedo derivar?"
Con la que está cayendo, después de pasarme el día entero repartiendo alimentos incluso a domicilio a algunos de nuestros amigos desfavorecidos, llega esto. Parece una bofetada. Vero. No hay nada que hacer con este chaval... Casi. ¿Casi? ¿Cómo casi?
Como aquel día en que Jesús se presentó a estos dos camino de Emaus como un extraño ajeno a todo y a todos, hoy también está con la misma potencia, discreción y ternura.
¿Dónde se le puede derivar? Sin ninguna duda, donde todos nosotros: en las manos de Dios.
Esta Presencia cambió el mundo, cambia el mundo y lo seguirá cambiando. 
 Porque el está aquí, como el primer día
#charitynotstop

sábado, marzo 21, 2020

EN PLENA CRISIS CORONA VIRUS

Un juicio de Gerry Toledo, un buenísimo amigo de los bocats...



MIRAR A LO ALTO



     En realidad es sencillo: todo lo que desestabiliza y nos hace calibrar el valor último de nuestras supuestas seguridades, sea individual o comunitario, es una tremenda y amorosa voz venida de lo Alto. Alzad la mirada, nos grita; sondead lo profundo. Todo pasa, sólo Dios queda; y lo que es de Dios, es decir, el amor a los hermanos, a todos los hermanos, y a las criaturas, donde Dios mismo se hace presente. Nos dice, como atestigua la Escritura, que no sólo no se mueve una hoja de árbol sin Su permiso, sino que hasta el último de nuestros cabellos están contados (para los calvos, en pasado, pero real...) Todos los gestos de bondad y de sufrimiento compartido que brotan estos días, vienen de Dios. Y a nosotros, creyentes, se nos ha dicho que acojamos todos estos movimientos del corazón, de creyentes y no creyentes, pues el hombre ha sido creado por la Bondad y para la bondad, y cuando secunda su voz interior está escuchando a Dios. A los cristianos se nos ha regalado el consagrar con la mirada, y en esta hora concreta se nos regala el ser voceros de una Verdad que amplifica y eleva estos movimientos bondadosos. Ante todo se nos dice: no olvidéis a los pobres, a los que desde siempre viven en estados de emergencia, sometidos a todas las inseguridades y precariedades, a todas las limitaciones, a todas las epidemias sin auxilio, a las hambrunas y las andaduras por caminos peligrosos y letales. A las humillaciones.

       Una clave del misterio del dolor es el para qué, antes que el porqué: para poder comulgar en amor con todos los demás sufrientes de la tierra. Esto, en cristiano, se llama cruz, donde -después de Jesucristo- uno nunca está solo. Está con Él, y en Él. Y desde esta relación misteriosa, está con todos. Ahora se nos facilita esta vida: unas sociedades pagadas de sí mismas que se han creído invulnerables tienen, en sus miembros, en muchos de sus miembros, la oportunidad de salir de sí. Son numerosas las personas que lo están haciendo. Pues que siga el dinamismo... y atraviese las concertinas, los muros, las cárceles, las fronteras, las mentalidades... hasta llegar a los lugares que ayer y hoy sufren todos los males ante indiferencias cómplices. Mediremos de algún modo si los gestos bondadosos de hoy fructifican o no, cuando esta enfermedad comience a hacer estragos en los lugares de la tierra que no tienen medios. La bondad, el amor, es difusivo. Pero tiene poderosos enemigos... el temor, el sinsentido vital es uno de ellos. Hay que salir pues al encuentro de los empobrecidos: todos conocemos, si queremos conocer, a muchos que piden por las calles y hoy no pueden hacerlo; que viven de la chatarra y de los vericuetos increíbles de lo que se conoce como economía sumergida de supervivencia: éstos tampoco pueden hacerlo; conocemos a ancianos que viven solo, gentes que no pueden ni deben dejar a niños solos en las casas, hermanos que viven en la calle y siguen ahí, en calles desiertas y sin ayuda, otros hacinados en pisos-patera que tampoco pueden salir a pedir o a hacer chapucillas, etc... Es decir, podemos salir a atender a estas gentes. Realidad en la medida en que necesitan de ayuda, de bienes básicos, igual que nosotros... y signo de otras realidades. de las infinitas personas de nuestro mundo que malviven y mueren en situaciones de apocalipsis habitual, rutinario, y que hoy han desaparecido de su ya escasa presencia en los medios de comunicación y en nuestras vidas. No olvidéis a los pobres. Y sabed que estáis ungidos para que os enamoréis de todas las gentes

#charitynotstop