repartiendo papeo

sábado, marzo 21, 2020

EN PLENA CRISIS CORONA VIRUS

Un juicio de Gerry Toledo, un buenísimo amigo de los bocats...



MIRAR A LO ALTO



     En realidad es sencillo: todo lo que desestabiliza y nos hace calibrar el valor último de nuestras supuestas seguridades, sea individual o comunitario, es una tremenda y amorosa voz venida de lo Alto. Alzad la mirada, nos grita; sondead lo profundo. Todo pasa, sólo Dios queda; y lo que es de Dios, es decir, el amor a los hermanos, a todos los hermanos, y a las criaturas, donde Dios mismo se hace presente. Nos dice, como atestigua la Escritura, que no sólo no se mueve una hoja de árbol sin Su permiso, sino que hasta el último de nuestros cabellos están contados (para los calvos, en pasado, pero real...) Todos los gestos de bondad y de sufrimiento compartido que brotan estos días, vienen de Dios. Y a nosotros, creyentes, se nos ha dicho que acojamos todos estos movimientos del corazón, de creyentes y no creyentes, pues el hombre ha sido creado por la Bondad y para la bondad, y cuando secunda su voz interior está escuchando a Dios. A los cristianos se nos ha regalado el consagrar con la mirada, y en esta hora concreta se nos regala el ser voceros de una Verdad que amplifica y eleva estos movimientos bondadosos. Ante todo se nos dice: no olvidéis a los pobres, a los que desde siempre viven en estados de emergencia, sometidos a todas las inseguridades y precariedades, a todas las limitaciones, a todas las epidemias sin auxilio, a las hambrunas y las andaduras por caminos peligrosos y letales. A las humillaciones.

       Una clave del misterio del dolor es el para qué, antes que el porqué: para poder comulgar en amor con todos los demás sufrientes de la tierra. Esto, en cristiano, se llama cruz, donde -después de Jesucristo- uno nunca está solo. Está con Él, y en Él. Y desde esta relación misteriosa, está con todos. Ahora se nos facilita esta vida: unas sociedades pagadas de sí mismas que se han creído invulnerables tienen, en sus miembros, en muchos de sus miembros, la oportunidad de salir de sí. Son numerosas las personas que lo están haciendo. Pues que siga el dinamismo... y atraviese las concertinas, los muros, las cárceles, las fronteras, las mentalidades... hasta llegar a los lugares que ayer y hoy sufren todos los males ante indiferencias cómplices. Mediremos de algún modo si los gestos bondadosos de hoy fructifican o no, cuando esta enfermedad comience a hacer estragos en los lugares de la tierra que no tienen medios. La bondad, el amor, es difusivo. Pero tiene poderosos enemigos... el temor, el sinsentido vital es uno de ellos. Hay que salir pues al encuentro de los empobrecidos: todos conocemos, si queremos conocer, a muchos que piden por las calles y hoy no pueden hacerlo; que viven de la chatarra y de los vericuetos increíbles de lo que se conoce como economía sumergida de supervivencia: éstos tampoco pueden hacerlo; conocemos a ancianos que viven solo, gentes que no pueden ni deben dejar a niños solos en las casas, hermanos que viven en la calle y siguen ahí, en calles desiertas y sin ayuda, otros hacinados en pisos-patera que tampoco pueden salir a pedir o a hacer chapucillas, etc... Es decir, podemos salir a atender a estas gentes. Realidad en la medida en que necesitan de ayuda, de bienes básicos, igual que nosotros... y signo de otras realidades. de las infinitas personas de nuestro mundo que malviven y mueren en situaciones de apocalipsis habitual, rutinario, y que hoy han desaparecido de su ya escasa presencia en los medios de comunicación y en nuestras vidas. No olvidéis a los pobres. Y sabed que estáis ungidos para que os enamoréis de todas las gentes

#charitynotstop

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